Directora teatral, decoradora y directora de teatro de títeres polaco. Zofia Jaremowa, graduada en la Academia de Bellas Artes de Cracovia en 1952, y anteriormente, realizó sus estudios de Historia del Arte en la Universidad de Varsovia, además de trabajar en el teatro Cricot de Varsovia (1938-1939). En 1939-1941, fue pintora y decoradora en el Polski Teatr Lalek Białorusi Zachodniej (Teatro de Títeres Polaco y del Oeste Bielorruso) fundado por su marido, Władysław Jarema. Después de la Segunda Guerra Mundial, creó los títeres para el Cyrk Tarabumba (El circo Tarabumba) de Władysław Lech en el Groteska de Cracovia, lugar del que fue cofundadora y decoradora. De 1949 a 1975, se encargó de las funciones de directora de obras, directora artística y directora administrativa, dando así una configuración original a la compañía, donde se mezclaban máscaras, poesía, metáfora política y pintura. Las obras con títeres y máscaras que inventó  para representar las obras poéticas de Konstanty Ildefons Gałczyński – Gdyby Adam był Polakiem (Si Adán hubiera sido polaco, 1955) et Orfeusz w piekle (Orfeo en los infiernos, 1956) – marcaron el decenio que sucedió a la Segunda Guerra Mundial. En el transcurso entre las décadas de 1950 y 1960, Zofia Jaremowa consiguió incorporar sus máscaras en el teatro contemporáneo polarizado por los debates sobre la condición y existencia humanas: La ópera de tres centavos (1958) de Bertolt Brecht, Męczeństwo Piotra Oheya (El martirio de Piotr Ohey, 1959) de Sławomir Mrożek, Kartoteka (El fichero, 1961) de Tadeusz Rożewicz, Czarowna noc (Mágica noche, 1964) de Mrożek. Aunque no hay que ignorar sus obras para niños, el Groteska debe su reputación a su repertorio para adultos, confirmado por Zwierzęta hrabiego Cagliostro (Los animales del conde Cagliostro, 1972), de Andrzej Bursa. Siempre ha trabajado con Kazimierz Mikulski, pintor y colaborador desde hace mucho tiempo del Groteska. Incluso después de jubilarse, en 1975, Zofia Jaremowa ha vuelto de vez en cuando a la dirección de obras; y destaca, particularmente, la obra El vizconde demediado, de Italo Calvino (Banialuka, Bielsko-Biała, 1978).