Titiritero costarricense. Guillermo Freer jugó un papel fundamental en la historia del teatro de títeres de Costa Rica actuando con sus títeres de madera desde los años 1940 en las plazas del país en cada fiesta popular, civil o patronal. Contribuyó a la preservación de la tradición de las mascaradas y procesiones de gigantes y dejó en la memoria de todos espectáculos como La escuelita, El accidente de tránsito, La corrida de toros o La casa de los Espantos, así como los personajes populares de Don Gervasio Roncafuerte, Pantaleón, El Chinito, El Negrito Bembón, Rosita, El Diablo o La Calavera que, al son de una marimba, han hechizado durante años a pequeños y grandes. En 1992 se le rindió homenaje durante el Festival Internacional de las Artes a través de una exposición de sus máscaras y de sus títeres de cachiporra en el Museo Nacional.