Titiritero, director, dramaturgo y teórico ruso del títere, principal actor el Teatro Central en las décadas 1930-1950. Evgueni Speranski encontró los títeres en la Casa de educación artística de Moscú, donde conoció a Leonora Chpet. En 1931, se unió a la compañía del Teatro Central de Títeres poco después de su creación y se quedó casi cuarenta años trabajando con Sergueï Obraztsov. Desempeñó 61 papeles en 25 espectáculos. Sus mejores papeles fueron Aladino (Aladino y la lámpara mágica), Truffaldin (El rey ciervo) y el que le dio su fama internacional: M. C. Aplombov (El Concierto insólito).

Su capacidad para fusionarse con el títere y a hacer expresar los más sutiles matices a través de un lenguaje corporal económico y sofisticado hizo que se convirtiera en uno de los grandes titiriteros del siglo XX. Recibió en 1966 el Mérito artístico de la federación rusa.

Escribió doce obras para el Teatro Central, que estuvieron en el repertorio de varias compañías soviéticas: Su parpadeo, Yo voy-voy,, Kachtanka según Anton Tchekov y El soldado y la bruja, según Hans Christian Andersen, le aseguraron el éxito. Es también el autor de Actor teatra koukol El Actor del teatro de títeres, Moscú, Vserossiyskoye teatralnoïe obchtchestvo, 1965 (en ruso), de Povest o strannom janre Cuento de un género extraño, Moscú, Vserossiyskoye teatralnoïe obchtchestvo, 1971 (en ruso), y de ensayos sobre el teatro de títeres que escribió después de 1973, cuando dejó el escenario. Tenía noventa y cinco años cuando se publicó su primera antología de poemas, Arrugas sobre agua.

E. Speranski veía “extraña” la profesión de titiritero y “paradójico” el arte del títere. Su vida abarca casi todo el siglo XX y uno de sus últimos poemas se titula “Adiós al siglo”.