Escritor español, universalmente reconocido como poeta, autor también de una obra dramática que incluye piezas para teatro de títeres y que podemos diferenciar en dos grupos: el colorista y musical de La Pájara Pinta (y quizás El colorín colorado) y las farsas de agitación política.

Por insinuación del músico Oscar Esplá y bajo influjo de las representaciones de Vittorio Podrecca en Madrid, Alberti concibe La Pájara Pinta, un espectáculo teatral que mezcla poesía, marionetas y música. En 1926, da cuenta a Esplá de tener acabado el prólogo y un primer acto. El prólogo es una larga intervención de Pipirigallo, un personaje calvo y lleno de cascabeles que con un puntero va señalando a los personajes que van a intervenir (todos ellos protagonistas de canciones infantiles). No emplea palabras sino juegos silábicos encadenados en un brillante ritmo musical. Alberti realizó alguna lectura pero no acabó la obra, que se perdió entre la guerra civil y el exilio. Fue recuperada posteriormente (Marrast, 1964 y Ruiz Silva, 1982) y se representó por vez primera con marionetas en una versión dirigida por Gonzalo Cañas con música de Bernaola, en 1987.

Empapado por el teatro político, Alberti publica en 1934 dos breves farsas de fuerte carácter anticlerical: El bazar de la Providencia y La Farsa de los Reyes Magos. Sus personajes son obispos, curas, guardias civiles, hacendados y personas del pueblo llano (existe material gráfico de algunos de estos títeres). Tras el estallido de la guerra civil, escribe Los salvadores de España (1936), donde junto al obispo y al general aparecen representantes de las fuerzas aliadas de los rebeldes (italianos, alemanes y portugueses), y Radio Sevilla (1938), inspirada en la anterior pero con mayor componente dramatúrgico y centrada en el siniestro general Queipo de Llano, del que realiza una despiadada y jocosa sátira. Estas obras, encuadradas en lo que se ha llamado Teatro de Urgencia, fueron representadas tanto por actores como por títeres en los frentes de la España republicana.